lunes, 13 de diciembre de 2010

Cadáver exquisito


Una triste noche del mes de noviembre pude, por fin, ver realizados mis sueños. Con una ansiedad casi agónica dispuse a mi alrededor los instrumentos necesarios para infundir vida en el ser inerte que reposaba a mis pies. El reloj había dado ya la una de la madrugada, y la lluvia tamborileaba quedamente en los cristales de mi ventana. De pronto, y aunque la luz que me alumbraba era ya muy débil, pude ver cómo se abrían los ojos de aquella criatura. Respiró profundamente y sus miembros se agitaron con un estremecimiento convulsivo.
(Frankenstein, Capítulo 5)


Así es, en esta noche de diciembre me dispongo a explicar cómo revivir un cadáver. Sin embargo, no recurirré al galvanismo ni ningún otro método, por simple o complejo que sea, que precise de unos conocimientos científicos previos. Lo único que necesitaría para mi "macabro" experimento es una idea y un lápiz (u otro instrumento que cumpla la misma función), así como la participación de unas cuantas personas que estuviesen dispuestas a colaborar. Comprendo que, al principio, dicha propuesta no atraiga a muchos y puede que incluso asquee a otros tantos, pero no es lo que se imaginan ninguno ellos, como algunos (aquellos a los que no he podido engañar) habrán podido intuir. Damas y caballeros, hablo de un cadáver exquisito, un monstruo de Frankenstein particular, herencia creativa del surrealismo y retrato inmediato de nuestro subconsciente.

Se trata de una técnica (aunque bien podríamos definirlo como un juego) consistente en la yuxtaposición de ideas e imágenes inconscientes para generar una historia o un dibujo. De esta manera alguien comenzaría con una secuencia, a ser posible no meditada, y daría pie a la siguiente persona que debe continuar justo donde lo dejó su predecesor para continuar con la composición, y así sucesivamente. El resultado es, en el peor de los casos, sorprendente, divertido y sin duda alguna único, como buena macedonia de subconscientes que es. Es importante, de todas formas, señalar antes de comenzar que la persona en cuya mano esté continuar la historia no puede leer más que la última frase escrita, al menos si se quiere obtener un manuscrito verdaderamente insólito, con múltiples facetas, temas e incluso cambios de género de los personajes. En el caso de un dibujo sucede igual, los participante sólo pueden ver la última secuencia añadida para lograr una extraordinaria composición.

El cadavre exquis recibe este nombre debido a la frase Le cadavre exquis boira le vin noveau (el cadáver exquisito beberá el vino nuevo) que fue incluida en la primera sesión del juego entre los artistas del surrealismo francés, y desde entonces la técnica se ha exportado a distintos ámbitos, además de la escritura, como por ejemplo el cómic o el cine, siendo uno de los ejemplos más recientes la campaña llevada a cabo por el director Ridley Scott a través de Youtube para la película de Kevin McDonald, Life in a Day, (La vida en un día), hecha a partir de los videos que los internautas grabaron el 24 de julio de 2010, formando una gran recopilación de distintos momentos del día en todo el mundo. Tim burton también inició recientemente un cadáver exquisito vía Twitter centrado en el personaje de Stainboy y cuyo comienzo decía:
Stainboy, usando su obvia experiencia, fue llamado para investigar una misteriosa sustancia pegajosa que brilla intensamente en el suelo de la galería...

Lamentablemente el plazo para participar terminó el 6 de diciembre, pero se puede leer la historia completa (en inglés, eso sí) desde esta página: http://burtonstory.com/connect.php

En clase también decidimos probar esta curiosa técnica obteniendo como resultado el siguiente texto:

Era una noche un tanto fantasmagórica, todo daba miedo y el perro no paraba de temblar. Las raquíticas ramas de los árboles se  quebraban con facilidad, mientras una densa niebla se formaba en torno a mí. El frío entumecía mis músculos y mis ideas y entonces vi la cara de un león, pero lo que me importaba no era el destino, sino el camino recorrido. Por lo pronto encontré un lugar donde alojarme resultaba una broma. Las avenidas se ramificaban ausentes mientras yo caminaba y pensaba en lo que me habían dicho antes: el pájaro es la clave…El pájaro es la clave, si lo pierdes de vista no habrá nadie quien te guíe. Por esto perdí a mi mejor amigo en la guerra. Así que fui corriendo hacia la gente y de repente vi algo que me dejó perplejo. Un hombre hacia el pino rodeado de palomas. Estas le rodeaban piando y organizando tal escándalo para arrancarle los ojos, pero él sabía que no lo lograrían, ya que tenía los ojos de cristal. Así que le robé el sharingan porque era algo muy típico de su familia. Mi familia es de una época muy antigua. Me la traje en uno de mis viajes al pasado. Estaba asustado, era la primera vez que viajaba a aquella época  pero iba acompañado de ella, así que estaba tranquilo. Un extraño sentimiento se apoderó de su ser y no sabía por qué, pero se encaminó hacia la estación con las manos vacías, y sin rumbo fijo, sólo viajar. Metió sus lápices de colores y sus acuarelas en la maleta , y empezó a caminar, no pesaba mucho pero le costaba tirar de la maleta, como si llevase mil piedras dentro. Pese a todo decidí que ya no me importaba: podría soportar lo que me echaran porque me sentía feliz; estaba a su lado, con su sonrisa, su voz tan calurosa, le quería y no importaba nada. Y fue en ese apogeo sentimental momentáneo que estaba sintiendo cuando afrontó la verdad que no quería creer. A hora ya creía en todo, y entonces sí que pude soportar tod lo que me echaran por siempre y jamás.

Fuentes:

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