sábado, 29 de enero de 2011

Autofotorretrato

TAUMÁTROPO

A pocos días de que oficialmente se cierre el cuatrimestre, y con ello el curso de Métodos de Creatividad, expongo aquí uno de los trabajos finales del mismo. Al igual que un autorretrato, un autofotorretrato consiste en la representación de uno mismo en una imagen, cuya base principal sea una fotografía, que integre ciertas características (ya sea por retoque o por la misma composición de la foto) que nosotros consideramos particulares y que, de alguna manera, nos representan, en mayor o menor medida. En definitiva, plasmar parte de nuestro ser en una fotografía que luego procederemos a modificar, si así lo deseamos.


Mi autofotorretrato se basa en el primer método de animación de imágenes estáticas que existió, precursor del zoótropo y demás artilugios que permitirían el desarrollo del cine. Hablo, pues, del taumátropo, la "maravilla giratoria", un juguete que se inventó en las primeras décadas del siglo XIX y que se hizo bastante popular en la época victoriana. Se desarrolló, entre otro muchos inventos, para demostrar el principio de la persistencia retiniana, por el cual se decía que el ojo es capaz de retener la última imagen que percibe durante un instante en la retina, permitiendo que en una sucesión de imágenes a gran velocidad se de la sensación de continuidad. De esta manera el invento consistía en un disco de cartón, en cuyas caras se plasmaban dos dibujos distintos que al girar rápidamente sobre el eje del mismo, mediante dos cuerdas atadas a sus extremos, se creaba la ilusión de que ambas imágenes formaban parte de una misma composición, como si se fusionasen en una sola imagen. Uno de los ejemplos más famosos de este juego óptico, aunque anacrónico, es la ilusión del pájaro y la jaula, retratado en la película de Tim Burton Sleepy Hollow.

Al ser un objeto característico del siglo XIX, época con la que me siento particularmente conectado, supuse que sería una buena base para comenzar el autofotorretrato. Además, el hecho de que se trate de una ilusión óptica, refleja también mis gusto por lo extraordinario y sobrenatural, expresado de la manera más sencilla posible. Las dos imágenes que hay más abajo son las dos caras que componen el taumátropo. En una de ellas sólo se ve una silueta completamente negra, opaca sobre un fondo morado (color que personalmente siempre he relacionado con la imaginación y la fantasía), que resalta de un modo algo minimalista el yo y el mundo, mientras que la otra imagen, profundiza más en el yo íntimo y alejado de todo adorno superficial.  También cabe mencionar la dos máscaras que hay en cada imagen completamente antagónicas (la comedia y la tragedia) que representan, como un blasón, mi gusto por el teatro y la interpretación.













Así, ambas imágenes, con todos sus elementos, son facetas de mi ser, me conforman, dan sentido a lo que soy realmente, por lo que es necesario que ambas actúen juntas y se fundan formando una sola entidad, aunque ni siquiera yo sepa con certeza quién soy y para algunos pueda parecer que todo es una simple ilusión.













Fuentes:

Los elementos usados en la elaboración de las imágenes del taumátropo han sido tomados y diseñados por mí.
P.D.: Es posible que más adelante, cuando tenga más tiempo, modifique este modelo, por lo que seguramente haya en un futuro otra entrada relacionada con este cachivache.

Licencia Creative Commons
Autofotorretrato Taumátropo William Singray por William Singray se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.

No hay comentarios:

Publicar un comentario